viernes, 6 de abril de 2018

Jorge Aurelio Cerezo, el héroe olvidado que derribó el avión de José Quiñones Gonzales

 La guerra le genera nostalgia a Jorge Cerezo, quien empieza a llorar porque estuvo a punto de morir lejos de su tierra.

La historia del humilde héroe babahoyense que derribó el avión Northrop del aviador peruano José Quiñones Gonzales con ráfagas de ametralladora.


A Jorge Aurelio Cerezo Baquedano su familia lo ve como un héroe. Su nombre está plasmado en los libros de Historia del Ejército Ecuatoriano pues es el único ecuatoriano que derribó un avión peruano en la Guerra de 1941, que inició el 5 de julio y terminó, formalmente, el 29 de enero de 1942.

‘Jorgito’, como le dicen cariñosamente, nació en Puebloviejo (Los Ríos), el 20 de octubre de 1919. Allí vivió toda su infancia, hasta que se enroló en la vida militar. Actualmente tiene 7 hijos, 20 nietos y 8 bisnietos y aún mantiene impecables los recuerdos de aquellos tiempos.

Con su cabellera blanca y ahora apoyando su cuerpo en un bastón, rememora su experiencia de hace 69 años. En el segundo trimestre de 1941, Ecuador se vio amenazado por la tentativa peruana de invasión.

El 7 de julio de ese año, Cerezo salió, junto a 50 soldados, 25 del batallón Guayas y 25 del Grupo Antiaéreo rumbo a Puerto Bolívar, en El Oro. Luego, se movilizaron por el Canal de Jambelí hasta llegar al cantón Huaquillas donde se unieron a la brigada Cayambe que se encontraba en la línea de fuego.

Detalles de la Campaña militar de 1941

Allá, los altos oficiales los dividieron en grupos y les designaron a los puestos de batalla, conocidos como ‘Bramador’, ‘La Raya’, ‘Loma de Zorro’ y ‘Chacras’, con la consigna de no disparar hasta que el Ejército peruano disparase.

La novedad, fue precisamente, que aquella noche el vecino del sur abrió fuego despiadadamente hasta la mañana siguiente. “Nosotros estábamos en medio de grandes montañas esperando al enemigo y sentía que me iban a matar con las bombas que lanzaban a cada instante. Además, la aviación de ellos nos estaba golpeando a bala.

Hasta las ramas de los árboles nos caían encima y yo era un niño de apenas 21 años que disparaba ciegamente para allá y para acá, no conocía ningún camino del sector para correr y refugiarme”. Hubo varios días de incertidumbre.

El momento de la verdad

Para el 23 de julio, la guerra se hallaba en el momento más intenso en la zona de Huaquillas. Cerezo observaba, a las 17:30, a través del lente óptico de su ametralladora que un avión peruano sobrevolaba el territorio. Tras dispararle en repetidas ocasiones supo que una de sus balas le había dado al blanco. La nave se vino de picada hacia él y los compañeros que le abastecían de municiones.

Escuchó una fuerte explosión de la aeronave apenas cayó a tierra firme. En aquella tragedia murió el piloto peruano.

José Abelardo Quiñones Gonzáles es considerado héroe nacional del Perú, tras inmolarse contra las baterías aéreas ecuatorianas y poder silenciarlas para permitir el avance de las tropas invasoras, versión según la historia peruana.


Las ametralladoras ZB eran parte de la dotación del ejercito ecuatoriano, existen dos versiones según la historia peruana sobre este derribo, la primera que fue usada un arma igual a esta, la otra es que el avión fue derribado con cañones antiaéreos Breda.

Fusil Ametrallador ZB-30

Su familia lo creía muerto 

Tres semanas más tarde, y después de haber sido atendido por el personal de la Cruz Roja y médicos del Ejército ecuatoriano, los soldados retornaron al Puerto Principal, donde también fueron elogiados.

Cuando Cerezo llegó a su natal Puebloviejo, se llevó la sorpresa de que su familia estaba vestida de negro guardando duelo porque les habían informado que él había muerto en la guerra.

Hasta ahora, su familia asegura que espera un reconocimiento para él y que tiene un resentimiento con cada Gobierno que ha pasado y no se ha acordado de él.

Su vocación

Su hazaña inició cuando cumplió 19 años. Había algo que lo animaba a ingresar a la vida militar. Se acuarteló el primero de febrero de 1939. Aquel día fue llevado al grupo antiaéreo de Guayaquil. Allí se enamoró de ese oficio.

Era el fusilero de su grupo 

En ese entonces, Ecuador no tenía mucho armamento, tan solo fusiles, pero las pocas baterías antiaéreas que había, gozaban de un alcance de tres mil metros y los aviones peruanos se elevaban lo mayor posible para no ser alcanzados por algún proyectil.

Cada batería la componían cinco soldados. Jorge Cerezo era el fusilero número uno y tenía la misión de derribar aviones peruanos con su armamento.

De los 50 soldados que habían salido desde Guayaquil, sólo 40 regresaron con vida.
Los compañeros de este soldado tenían la misión de cargar las municiones y corregir el funcionamiento de las armas.

El Cuerpo de Bomberos de Ventanas le rinde tributo a Jorge Cerezo por su derribo en la guerra contra Perú


Avión N.A. 50 con la matrícula XXI-41-3 que derribó Jorge Aurelio Cerezo con una ráfaga de ametralladora ZB


Cañones Breda del ejercito ecuatoriano, posteriormente capturados por el ejercito peruano


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