lunes, 4 de febrero de 2019

Las caricaturas que dejó la guerra del 41

Tomado del diario The Morning Star del 7 de julio de 1941

Las caricaturas siempre fueron y serán la mejor forma de representar un hecho con sarcasmo e ironía, y como no podía hacerse esperar, la guerra de 1941 dejó estas "perlas" para la posteridad.

Cuando la guerra estalló en Sudamérica, todos los medios de comunicación de América y el mundo se hicieron eco de tal acontecimiento, mientras el mundo veía en vilo y con preocupación la guerra en Europa, ocurría todo lo menos probable en este escenario mundial, "iniciaba la guerra en el tercer mundo" entre Perú y Ecuador.

Mejor dicho en el "patio trasero", al menos así se refería una ilustración del famoso caricaturista Clifford K. Berryman aparecida en el periódico: The Morning Star el siete de julio de 1941, dos días después del inicio de las hostilidades, el ametrallamiento al cuartel de Chacras y la destrucción de la Capilla de Huaquillas por parte de la aviación peruana, le daba a entender al mundo "que aquello había escalado a una guerra de verdad", ya que nunca hubo una declaración formal de guerra entre ambos países.

La tendencia la marcó el diario estadounidense The Morning Star, lo que impulsó y dejó al libre albedrío de la imaginación la creación de nuevas caricaturas por parte de los ilustradores de revistas y pasquines de la época.

¿Ingenuidad?

Ilustración publicada en la página de Facebook de Eduardo Espinosa Mora

A veces una imagen vale más que mil palabras, y este es el caso de esta representación gráfica, donde "Tio Sam" practicamente tuvo que frenar al Perú en sus ansias de expansionismo a costa de los ecuatorianos, "Cuidado peruanito con usar el puñal. Voy a llamar gente para que me ayuden a separalos", refiriéndose a los países mediadores del Protocolo de Río de Janeiro.

La Masonería y la Guerra

Ilustración publicada en la página de Facebook de Francisco Nuñez del Arco

Entre "los culpables" de la guerra con el Perú, se acusó a las élites relacionadas con la masonería, ya que aparte de la lucha interna entre nacionalsocialistas, comunistas, y grupos "anti-ideología", la guerra fue el punto culminante de esta larga pugna, que se la presentaba como "un nuevo agente", todo esto impulsado por las quintas columnas y los rumores que corrían en 1941.

En la Costa y en la Sierra resuene el fiero clarín: "¡El día de ir a la guerra ya llegó, Ecuador, al fin!", Mas que es un plan de bribones el Pueblo llega a saber: En sus Logias los Masones quieren la guerra imponer.

El Ecuador tiene dos Gobiernos

Ilustración publicada en la página de Facebook de Francisco Nuñez del Arco

Después del estallido de la Segunda Guerra Mundial, los judios habían sido inculpados como los agitadores y provocadores de la guerra, En Ecuador no se descartaría esa idea y se creía que la guerra con el Perú había sido motivada por alguna "intervención judia", que gobernaba a la par del Presidente Carlos Arroyo del Río, que de hecho fue acusado de pertenecer a logias masónicas en el Ecuador.

El Statu Quo de la guerra

Ilustración publicada en la página de Facebook de Francisco Nuñez del Arco

Otra de las caricaturas más explicitas que dejó la guerra, fue la denuncia al crecimiento del negocio de las armas después de la guerra de 1941, se ofreció una idea de paz, amistad y hasta de buena vecindad, pero "tras las sombras" operaban los grandes mercaderes de armas, lo que disparó el gasto de defensa entre ambos países y que posteriormente ocasionó los conflictos de Paquisha en 1981 y Cenepa en 1995.

El mercado de las armas y el negocio de la guerra no respetó tratados y peor viejos aliados, tanto así que durante la guerra del Cenepa, Ecuador obtuvo de Argentina (Garante del Protocolo de Río de Janeiro), a través de un traficante de armas durante el Gobierno de Carlos Menem, 75 toneladas de material bélico, entre municiones, bombas, fusiles, granadas y toneladas de explosivo.

"Juan Pueblo se niega a ir a la guerra"

Archivo Diario El Telégrafo de Guayaquil

Caricatura tomada de Diario El Telégrafo de Guayaquil en julio de 1941 que criticaba a las Guardias Nacionales guayaquileñas que desistieron de marchar al frente de batalla ante la invasión peruana.

¿Vamos a la guerra? - Vayanse, respondía un Juan Pueblo malhumorado.

La V de la Victoria hace referencia a la señal realizada con los dedos de Winston Churchill tras su famoso discurso en la Cámara de los Comunes "Nunca nos rendiremos" del 4 de junio de 1940.

Contexto

Un informe del Crnl. Burbano, Jefe de Zona de Guayaquil señala que: "Los ciudadanos que formaban las Guardias Nacionales, seguían inscribiéndose y, a decir verdad, eran más de 2.000 los que se habían acuartelado... Pero el día 19 de julio cuando se ordenó que fueran decretadas las altas de los individuos inscritos, se presentaron al cuartel solo 95 voluntarios".

"Con relación a esto, cabe hacer conocer a la Superioridad el poco espíritu patriótico de la ciudadanía; pues que, como se ve, en menos de 48 horas fueron presentadas todas las solicitudes de exención, observándose que sin embargo de haber gran explotación por parte de muchas autoridades judiciales para despachar las diligencias previstas en los artículos 52 y 55 de la Ley del Servicio Militar Obligatorio, la ciudadanía prefería pagar fuertes cantidades de dinero a las antedichas autoridades para así eludir el cumplimiento del deber que todo buen ciudadano tiene contraído con la patria" (Se presentaron 464 solicitudes de exención en los dos días), (La Invasión Peruana de 1941 y el Protocolo de Río, p. 56, Julio Tobar Donoso).

¿A dónde se fueron esos ecuatorianos de índole guerrera, a los que hizo alusión el Crnl. Urrutia en la sesión del 2 de mayo de 1941? Aquí se quedaron, escondidos, refugiándose entre las enaguas de madres cómplices que contaban con el respaldo de los bolsillos de padres timoratos y poco viriles.

Mención especial: Monos y Gallinas

Ilustración publicada en la página de Facebook de Eduardo Espinosa Mora

Después de una segunda invasión al Puerto de Guayaquil, la primera fue en 1828 y la segunda en 1859, "La Potencia Militar peruana" hizo galas de su poderío al visitar el puerto principal, a partir de ese entonces se ganaron el apodo de gallinas, debido al "exceso de equipaje" de sus combatientes y del calor que sufrieron mientras su Presidente, Ramón Castilla, hacía galas de la diplomacia peruana de ese entonces, finalmente esta misma ilustración volvería a ver la luz en 1941 para agitar el espíritu combativo y para "recordar una vez más" que los peruanos eran las gallinas y nosotros los monos de la relación.


11 de Septiembre de 1941: Emboscada de Cune

Soldados ecuatorianos antes de partir al frente. Los soldados de este pelotón inspirarían el filme ecuatoriano "Mono con Gallinas&qu...