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| La Rotonda en honor a la entrevista de Guayaquil, donde se encontraron Simón Bolivar y José de San Martín |
"Con España no existía deuda, llegó Bolivar y nos endosaron la famosa deuda inglesa".
En setiembre de 1857, durante el gobierno del presidente Francisco Robles García, un representante de nuestro país, suscribió el acuerdo Icaza-Pritchett, que se firmó con los tenedores de los bonos para pagar la porción de la llamada ‘Deuda Inglesa’.
Esa deuda se nos endilgó por los créditos recibidos para financiar la guerra de independencia de España, como parte que fuimos de la Gran Colombia, (Venezuela, Colombia y Ecuador) que ascendía a 60.000 Libras, de las cuales correspondían al Ecuador 13.547 Libras, entre capital e intereses.
El convenio de garantía nos obligaba a entregar 2’600.200 ‘cuadras’ de terrenos; 2’000.000 en Canelos (así se llamaba un sector de nuestro Oriente) y Zamora en el Oriente; 400.200 en el río Cañar, hasta la orilla del río Guayas; 100.000 ‘cuadras’ desde la margen derecha del río Santiago-Najurungo-Tambillo-San Lorenzo-El Pailón-Mataje- y 100.000 ‘cuadras’ en la sección Sálima-Atacames-Súa-Same-Tonchigüe-Galera, cuya nefasta conclusión fue que solamente se entregaron los terrenos de la actual provincia de Esmeraldas o sea estas últimas 200.000 ‘cuadras’.
Derechos de posesión y dominio
Posteriormente los tenedores de los bonos, le vendieron sus derechos de posesión a la compañía Ecuador Land Co. Limited, la que a su vez subarrendaría estos terrenos a otras compañías, como la Grindale Co., La Pailon Co. y la Esmeraldas Handelgesellschaft (Casa Tagua).
El sector de San Lorenzo del Pailón, que en esa época pertenecía a la provincia de Imbabura, debido a que nuestra provincia se crea el 20 de Noviembre de 1847 en el gobierno de Vicente Ramón Roca Rodríguez y en la Convención de 1861 recién se define que la conforman las parroquias Esmeraldas, Atacames, Rioverde, La Tola, San Francisco y Concepción, sin incluir a San Lorenzo del Pailón.
A este sector los ingleses lo hicieron su dominio, donde acuñaron e impusieron hasta moneda propia, a la que denominaron ‘El Pailón’. Era casi un estado dentro de otro estado. Tal es así, que entre los 1887-1889 hubo un problema entre los moradores de esas tierras y el gerente de la Compañía El Pailón Co., Mr. Thompson, que quería efectuar desalojos de familias que tradicionalmente habían residido en esos lugares., porque no estaban de acuerdo con lo poco que se les pagaba por las recolecciones de productos en esos terrenos.
El buque de guerra
Por eso Mr. Thompson pidió ayuda a la Corona Inglesa que para proteger los intereses de sus súbditos mandó nada más, ni nada menos que un buque de guerra de 6.000 Toneladas, que permaneció anclado en este puerto hasta cuando lo consideraron conveniente.
El dominio inglés sobre estos sectores de nuestro territorio, se mantuvo casi por 80 años o sea desde la firma del convenio de concesión de los terrenos, en 1857, hasta su recuperación real y total aproximadamente recién en 1939.
Previo a la firma del convenio en referencia, el Almirantazgo Inglés ya había recopilado información de nuestra tierra, pero lo que encontraron, fue mucho más de lo que esperaban. En los sectores entregados en concesión, el uno ubicado entre la desembocadura del río Mataje, en la Bahía de Ancón de Sardinas y la cuenca del río Santiago y el otro entre Atacames y Tonchigüe.
Allí existía una verdadera riqueza de recursos naturales, renovables y no renovables, unos que nadie había sembrado y otros en el subsuelo, de suprema importancia, para el desarrollo económico de cualquier país; productos tales como la tagua, el caucho, la balsa y bosques, con la más diversa gama de especies maderables.
Minas de oro
Además, minas de oro, especialmente en la cuenca del río Santiago y sus afluentes, el Bogotá, el Tululbí y el Palalbí (que se explotó apenas artesanalmente), una fauna abundante y sorprendente y en la zona del mar y en sus ríos una riqueza ictiológica inimaginable.
Asimismo, habilitaban sin mucho esfuerzo, tierras aptas para el cultivo de productos como café, cacao, arroz, caña de azúcar, tabaco; frutales como mango, naranja, mamey, aguacate, zapote, guaba, papaya, limón, guayaba, etc., comprobando que en nuestra tierra se producía en abundancia, todo lo
que se sembraba.
Y, como para el cierre con broche de oro, en este sector se encontraban las reliquias de valor incalculable de la Cultura La Tolita, en La Tolita Pampa de Oro.
El Puerto de San Lorenzo se convirtió literalmente en una “factoría inglesa que, además, brindaba las facilidades de ser un puerto natural al que arribaban barcos hasta de tres mástiles, con capacidad hasta de 300 quintales, considerados los más grandes en esa época”.
Muelles de acopio
En su entorno y en toda la provincia, especialmente en la desembocadura de los ríos Santiago, Rioverde, Esmeraldas y Muisne se construyeron muelles e instalaciones para el acopio de los productos, fábricas para procesamiento del tabaco y aserraderos de balsa y de maderas nobles, todo esto, para el consumo interno y para la exportación.
Pago de la deuda inglesa
Para 1976, en la bonanza petrolera, y después de más de 160 años de su contratación inicial, el país termina de cancelar la deuda inglesa convertida luego en la del ferrocarril, cuando esta representaba 1.5 % del total, y su valor equivalía a 3.2 millones de dólares. Se cancela esta deuda pero se adquieren nuevas deudas con el Fondo Monetario Internacional.
Según el historiador Melvin Hoyos, en una entrevista por las fiesta de Guayaquil de este año (2019), Bolivar tenía acciones en la fábrica inglesa de armas
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