sábado, 14 de septiembre de 2019

La expedición que descubrió el gran río de las Amazonas



Los manuscritos, mapas, y testimonios de sus participantes, reconocen a Quito por su importante aporte al descubrimiento del río de las Amzonas.


Una vez que los españoles doblegaron la resistencia indígena en tierras americanas, comenzó una era de paz y de tranquilidad denominada la "Colonia". Los conquistadores guardaron sus armas y tomaron el arado para abrir la tierra y sembrar sus productos traídos desde España. 

De pronto los indios comenzaron a narrar una serie de leyendas fantásticas sobre la ciudad de "El Dorado", con un solo propósito, que los blancos vayan en pos de aventuras y encuentren así la muerte. Por ejemplo: Los indios de Puerto Rico narraron a Ponce de León la existencia del "País de la Eterna Juventud". La Leyenda de "Las Siete Ciudades de Oro" que circuló entre los vecinos de México (la Nueva España), la del "Cacique Blanco" que se difundió en Brasil, Paraguay, Uruguay, Bolivia y Argentina, y finalmente tenemos la leyenda de "El Dorado" que fue difundida por los indios de Ecuador, Perú, Colombia y Venezuela.

La idea de "El Dorado" comenzó a arraigarse en la conciencia de los españoles, a tal punto que desesperó a los castellanos hasta el delirio por descubrir el lugar. También Gonzalo Pizarro, se interesó cuando estaba de Gobernador de Quito y planeó así una expedición al Oriente, para lo cual ya le habían informado que lo primero era descubrir el País de la Canela, un lugar que se caracterizaba por poseer este producto que por entonces tenía muy buen precio. Gonzalo Pizarro creyó llegar a esta ignota región.

Contaban los indios quiteños que hacia el oriente quiteño, pero no precisaban dónde, existía un pueblo fabuloso llamado "El Dorado", con templos y palacios hechos con bloques de oro; los indios llevaban indumentaria de hilos del codiciado metal, el Cacique se cubría inclusive su cuerpo con polvo de oro y que tal era la cantidad del rubio metal, que arrojaban a una laguna en honor a sus dioses enormes cantidades de oro. 

Los indios, para despertar más la ambición de la conquista manifestaban que por esos dominios existían zonas infinitas del árbol de la canela. Los españoles no esperaron más; por doquier se organizaban sendas expediciones con un solo propósito: conquistar "El Dorado" o Shaman y así los españoles cruzaron ríos, lagunas, pantanos, valles, sabanas, llanuras; treparon montañas y bajaron a profundos abismos, cruzaron selvas, mesetas, buscando como poseídos "El Dorado", que nunca lo encontraron.

EL VIAJE DE GONZALO DIAZ DE PINEDA

Cierta vez un destacamento español al pasar por el pueblo de Llactacunga, los indios les narraron que hacia el oriente en la provincia de Quijos, se encontraba el País de la Canela y "El Dorado". Era entonces el año 1538 y uno de los fundadores de Quito (Capital del Ecuador), el Capitán Gonzalo Díaz de Pineda, quien con el respaldo de sus habitantes organiza una expedición que siguió el siguiente itinerario al Oriente del Ecuador: Guápulo, Cumbayá, Tumbaco, Pifo, Páramos de Guamaní, Papallacta, Valle del Cosanga, Baeza Volcán Sumaco. 

El Teniente de Gobernador de Quito había trasmontado los Andes Centrales, explorando inútilmente la región de Quijos en busca de "El Dorado" que no lo encontró.

Interpretación de la posible fisonomía de Díaz de Pineda a partir de un cuadro de su nieto fray Pedro Bedón, fundador de la Escuela Quiteña de Pintura Colonial.

LA EXPEDICION DE GONZALO PIZARRO Y FRANCISCO DE ORELLANA

A fines de 1539, llegaba a Quito, Gonzalo, el menor de los Pizarro, quien dejando sus ricas encomiendas en Chacras, aceptó el cargo de Gobernador de Quito, que le ofrecía su medio-hermano Francisco. 

Para el 1ro. de diciembre se posesionaba como tal. Entre los indios y los primeros colonos, volvieron a correr los rumores de "El Dorado" y Pizarro organiza una expedición similar a la que vino con Alvarado, para conquistar el Oriente de "Quito". 

Se alistaron 300 españoles, 4.000 indios cargadores, 2.000 cerdos, 1.000 llamas, caballos, aves de corral. Antes de partir, Gonzalo envió una nota al Gobernador de Guayas y Manabí (Ciudades del Ecuador), fundador de Santiago de Guayaquil, paisano de los Pizarro (nació en 1490), y que por luchar con los indios perdió uno de sus ojos; se trataba del Capitán Don Francisco de Orellana, invitándole a la conquista de Quijos, mas, como éste no llegó en la fecha señalada, Gonzalo Pizarro, que era Gobernador de Quito, dio la orden de salida en medio del llanto de las mujeres, el repiquetear de las campanas y el ondular de los pañuelos de despedida.

Los castellanos que iban a realizar una de las más grandes jornadas españolas en el Nuevo Mundo, se inclinaron en la Iglesia del Humillladero pidiendo protección al cielo y se perdieron por aquellos caminos trazados años atrás por Gonzalo Díaz de Pineda.

Al iniciar la ascensión de la Cordillera Central, el frío y las copiosas nevadas dieron fácil cuenta de un buen número de indios cargadores que iban como esclavos, amarrados. Vencieron los Andes, dejando tras sí una estela de cadáveres de indios y castellanos que habían muerto despeñados, congelados y de hambre.

Por fin se terminaron las tierras altas del frío intenso; pasaban ahora al calor sofocante, a la lluvia constante.

Cuando descendió la expedición a la amazonía, región completamente inexplorada, comenzaron a diezmarse los indios que no podían soportar la alta temperatura reinante, la picada de los insectos, y la muerte de los animales de carga y sobre todo la acechanza de los indios de la región.

Cruzaron afanosos el valle del Cosanga y descansaron en el pueblo de Mutti, en las faldas del volcán Sumaco. Mientras descansaban le dio alcance Orellana con 27 españoles. Entre ellos venia el cronista de la epopeya amazónica, el español Fray Gaspar de Carvajal, religioso dominico. 

Los dos jefes exploraron palmo a palmo la zona de Quijos, en medio del calor infernal, del diluvio tan propio en esa región, de los ataques constantes de los indios, de los terremotos diarios que azotaban la región. Los víveres se agotaron y los españoles devoraron raíces, arbustos, frutos venenosos, carne de perro y luego de caballo y del "Gran País de la Canela" apenas existían sólo árboles (selva). 

"El Dorado" solamente en los sueños se les aparecía. Así llegaron a Guema, cerca del río Coca, Pizarro ordena la construcción de una pequeña embarcación y cuando estuvo lista, ordenó al "tuerto" Orellana que durante cuatro días se deje arrastrar por la torrentada del Coca, consiga víveres, recoja noticias de "El Dorado" y por fin regrese.

Fuente www.eldramadelasindias.blogspot.es

FRANCISCO DE ORELLANA DESCUBRE EL AMAZONAS (Orellana : "El Caballero de las Amazonas")

Orellana con 53 españoles, incluyendo a Fray Gaspar de Carvajal, partió un lunes 26 de diciembre (eran ya 10 meses de la partida de Quito de 1541 y por última vez se despidieron Orellana y Gonzalo Pizarro).

Orellana después de navegar por las aguas del Coca, desembocó en un río caudaloso llamado Napo. Cinco días después hacía su arribo a Imara una población indígena. El plazo se había cumplido por demás y a pesar de la resistencia solapada se hizo nombrar jefe de la expedición, abandonando a su suerte a los soldados de Pizarro. Cabe anotar que solamente dos españoles reclamaron indignados por la acción traidora del tuerto (Orellana), el soldado Sánchez de Vargas que fue abandonado en la selva y Gaspar de Carvajal que fue tratado groseramente por el flamante jefe de la expedición. 

Pudo más en el ánimo de Orellana la codicia y la ambición, que la lealtad y la gratitud a Pizarro. Aducía que materialmente era imposible navegar contra la corriente del Napo y luego del Coca y que en esta empresa hubiese demorado meses.

Llegaron más tarde a Aparia y siguiendo el Napo un domingo 12 de febrero de 1542 descubría el gran río de las Amazonas, para gloria de Quito y honor de España.

Mientras tanto Pizarro, cansado de esperar tildó de traidor a Orellana. Desesperado, sin víveres, guiándose al cálculo cruzó la región de Quijos, trasmontó los Andes e ingresó a la ciudad de Quito en el mes de junio de 1543, a los dos años de su salida triunfal y apenas volvían 80 españoles que parecían cadáveres, cubiertos con hojas o con pajas las partes pubendas, barbados, hinchados, sucios, llenos de sarnas. 

Cuenta la historia que el pueblo de Quito lloró al ver los restos de aquella famosa caravana y para rematar el sufrimiento de Pizarro, los vecinos le contaron que su hermano había sido asesinado en Lima y que él había dejado de ser el Gobernador de Quito. 

Sin embargo Pizarro, Orellana y sus hombres hicieron posible con su heroísmo y sacrificio el descubrimiento del río Amazonas, río tan ecuatoriano, por tradición, historia, por derecho de descubrimiento, pues la expedición salió de Quito, con capital quiteño, con indios quiteños que murieron en el camino. 

Por esta razón, el Rey de España, Felipe II, mediante la Cédula Real de 1563 reconoció como río quiteño al Amazonas y con él la región de Mainas (Oriente). El Amazonas fue quiteño, según la Cédula Real de 1740 y luego ecuatoriano según el Protocolo Pedemonte-Mosquera.

Ilustración del libro "Orellana, Caballero de las Amazonas" donde narra el periplo desde Quito hasta Quijos en busca de la tierra de la Canela o el "Dorado".

Lea más: "Es Gloria de Quito el Descubrimiento del Río Amazonas"

1 comentario:

  1. Olá, sou do Brasil. Meu nome é Marcílio Duarte. Poderíamos marcar uma vídeo-conferência para conversamos sobre o seu artigo? Meu e-mail é marcilio.duarte@gmail.com

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