Una vez aceptada las condiciones para el cese al fuego, recién se ponía sobre la mesa la realidad de la situación ecuatoriana.
Desde que estalló la guerra el 5 de julio de 1941 el ejercito ecuatoriano fue capaz de resistir los primeros ataques peruanos, los cuales estuvieron apoyados de bombardeos aéreos y fuego de artillería.
El 23 de julio de 1941 el ejercito peruano inicia una campaña militar a gran escala para ocupar toda la provincia de El Oro, violando el status quo de 1936, para posteriormente negociar un tratado de limites con Ecuador teniendo a su favor la figura de la "prenda territorial".
El 30 de julio las guarniciones ecuatorianas de frontera sucumbieron ante el arrollador avance de los tanques peruanos y oleadas de soldados provocando el quiebre en la defensa de El Oro y el repliegue de las fuerzas defensoras hacia el Azuay.
Cuando las malas noticias llegaron a los altos mandos, el Presidente Carlos Arroyo del Rio ya venía negociando una salida a la situación, lo que provocó que al medio día del 31 de julio se establezca un cese al fuego por parte de Ecuador.
Con el cese al fuego declarado, los mandos peruanos hicieron caso omiso a la declaración y se dieron el tiempo "de tomar" siete horas después, Puerto Bolivar con una acción sencilla pero importante en terminos propagandísticos.
Locación de las guarniciones de frontera a lo largo de la provincia de El Oro y Loja en el teatro de operaciones de la frontera sur. |
Portada de Diario El Universo el primero de agosto de 1941 |
En la frontera nor-oriental también hubo avance peruano a través del Rio Pastaza, Rio Tigre, el Napo y el Aguarico.
Finalmente el Ecuador una vez firmado el Tratado de Rio de Janeiro, logró hacer respetar en su mayoría el status quo y se negociaron las nuevas fronteras gracias al Acta de Lima de 1936.
Lo que suponía una desmembración territorial, realmente fue un intercambio de territorios a favor del Perú en la región amazónica del Rio Tigre y en beneficio al Ecuador en la región de la Cordillera del Cóndor.
El Canciller Julio Tobar Donoso, negoció un tratado con una nación invadida y con amenazas de llegar a Guayaquil, "relativamente bueno" para los intereses nacionales, se logró conservar la selva amazónica y sus partes más ricas en petróleo y en recursos minerales.
Inclusive la parte que se ganó después de la firma del Tratado de Rio, dio pie para declarar unilateralmente "la nulidad" de dicho tratado por parte del Presidente José Maria Velasco Ibarra en 1960, sin provocar reacción alguna del Perú o los países garantes y así "alargar la lucha" por una salida digna al Amazonas.
El Canciller Tobar Donoso hace referencia al intercambio de territorios que dictó el Protocolo de Rio de Janeiro en 1942:
Lo que se podría atribuir a los sucesos de 1941, es la diferencia que hubiere entre las posiciones del status quo de 1936 y la línea de referencia consignada en el Protocolo de Río. He pedido a una alta autoridad científica el cómputo de lo perdido y he recibido los siguientes datos:
Superficie perdida: Sección Huachi, Gonzales Suárez, Tarqui 15,190.0 Km2, sección Tarqui-Rocafuerte 3,362.5 Km2
Total: 18,552.5 Km2
Superficie ganada: Sección Yaupi-Morona 312.5 Km2 Sección San Miguel-Putumayo 1,032,5 Km2 Sección Aguarico-Güepí 3,727.5 Km2
Total: 5,072.5 Km2
Pérdida neta: 13,480.0 km2
Dígase sinceramente si por esa extensión de territorio podíamos poner en riesgo la existencia del Ecuador o, cuando menos, la totalidad de la región oriental, la provincia de El Oro y parte de la de Loja.
El oriente habría ido desapareciendo poco a poco, si no hubiésemos firmado el tratado, en el inverosímil supuesto, desde luego, de que el Perú no hubiera continuado la invasión y hubiese devuelto los territorios ocupados.