domingo, 8 de julio de 2018

Capítulo VII: "Tres Días de Guerra y Ciento Ochenta de Negociaciones"

Sumner Welles (izquierda), diplomatico estadounidense y subsecretario de los EE.UU., encargado de mediar las negociaciones previas al Tratado de Rio de Janeiro

Capítulo VII


* La posición del general Ureta era contraria a cualquier retirada de tropas de territorios que Perú controlaba en el oriente.

* Contra la posición peruana se levantará casi frontalmente la oposición de los países mediadores.

Continuamos transcribiendo las partes más importantes del libro "Tres Días de Guerra y Ciento Ochenta de Negociaciones", de Ernesto Yepes, editado por la Universidad Agraria La Molina y la Universidad del Pacífico.

El punto que hoy abordamos es de fundamental interés: la posición oficial del Perú respecto a la delimitación de la frontera después de su victoria militar. Contra ella se levantará casi frontal la oposición de los países mediadores, ABE (Argentina, Brasil, Estados Unidos), empeñados en lograr que Lima haga suyos los criterios en base a los cuales finalmente se preparó el Protocolo de Río de Janeiro.

La negociación de fondo: La delimitación de la frontera

EL 13 de setiembre de 1941 el Perú da a conocer finalmente su posición a los gobiernos de Argentina, Brasil y Estados Unidos. Su nota va más allá del retroceso de tropas, abordando el problema fronterizo en general.

Como hemos podido observar en la documentación hasta aquí presentada, dentro de la estrategia de Washington la retirada de tropas era un asunto que debía resolverse de inmediato, con prioridad incluso a la discusión del problema fronterizo. Para el Perú, en cambio, la retirada de fuerzas estaba inevitablemente asociada al abordaje de dicho problema.

Si como hemos visto, durante los meses anteriores las relaciones entre Lima y Washington no había sido fáciles, luego del memorándum del 13 de septiembre ellas llegaron al límite de tensión. La documentación que sigue nos da un indicio de ello.

Pedimos al lector que no se sorprenda cuando en algunas comunicaciones que transcribimos, la referencia al memorándum peruano se hace con fecha 15 de noviembre y no 13 como venimos haciéndolo. Probablemente ello se debe a que en el primer caso la fecha indica el día de recepción de los documentos.

Si bien la respuesta peruana obligó a las partes involucradas en el conflicto a abordar el problema de fondo, la delimitación de la frontera, los términos en que ella se plantea, suscita la airada reacción de los gobiernos de ABE, especialmente el de los Estados Unidos.

Para ellos resultan inaceptables las demandas de Lima, de que Ecuador reconozca la soberanía peruana sobre territorios que el Perú controla ahora en el oriente y que acepte emprender negociaciones directas en que se aborde la soberanía de los territorios ubicados entre las posiciones que el Perú ahora ocupa militarmente y la línea que se extiende a lo largo de los picos andinos, esto es, la que el Perú había reclamado en el arbitraje español.

La documentación que presentamos en este capítulo nos muestra cómo Washington, no bien tiene conocimiento de la nota peruana, pone en marcha una serie de medidas diplomáticas encaminadas a mirar la posición de Lima.

Para la cancillería peruana el hacer frente a la irritación de Washington estará, además, asociado a otro hecho: la amenaza de los gobiernos de ABE de solicitar la participación de los demás países americanos en el litigio fronterizo.

El golpe más severo, sin embargo, aún no llegaba. Este se insinuará, amenazante, al hacerse inminente la respuesta de ABE a la comunicación peruana del 13 de septiembre. La cancillería de Lima se inquieta. Primero busca que la temida respuesta sea oral y no escrita. En esto Argentina apoya al Perú. Estados Unidos se mantiene inflexible.

El 4 de octubre los gobiernos de ABE entregan la nota supuestamente de carácter reservado al gobierno peruano: ni siquiera el jefe de la misión diplomática estadounidense en Quito la conoce. Ello no es óbice, sin embargo, para que Sumner Welles informe de la misma al representante ecuatoriano en Washington. En Quito estalla la fiesta. Lima, en cambio, vive el impacto contrario, por lo que propone retirar su nota del 13 de septiembre si a su turno los tres países retiran su respuesta del 4 de octubre.

Argentina y Brasil responden aprobando la idea. Sólo Estados Unidos se rehúsa, otra vez, terminantemente. En consecuencia, los tres países no retiran su nota. El Perú la recibe y guarda silencio. Al tiempo que no la responde, mantiene inalterable su posición militar y diplomática. Ecuador, entretanto, presiona sobre ABE y la opinión pública para que induzcan al Perú a retirar sus tropas.

Además hay otra preocupación que inquieta a la cancillería ecuatoriana: que el Perú solicite entablar negociaciones directas con el Ecuador. Quito argumenta que sin el paraguas protector de los gobiernos de ABE no está en condiciones de plantear al Perú sus propios términos.

Hacia la segunda mitad de octubre se registra una cierta distensión. Tanto en Lima como en algunos gobiernos de ABE se percibe una mejor disposición por replantear los términos. En este cambio de actitud interviene, además, un factor importante: la posición del ejército peruano, en especial la del general Ureta, contraria a cualquier retirada de tropas, excepto como parte de un acuerdo general.

De allí que, lentamente, los gobiernos de ABE, y en especial Washington, abandonen su énfasis en el retroceso de las fuerzas y comiencen a insistir en la búsqueda de un acuerdo final.

La entrevista del presidente Prado el 9 de noviembre de 1941 con el embajador Norweb es muy eficaz, al ilustrar esta nueva situación y la posición que el Perú empezaría a perfilar.

El memorándum del 13 de septiembre.

El Perú fija sus condiciones

14 de septiembre

De Lima a Washington

El canciller Solf y Muro informa a su embajador en Washington que el día anterior, 13 de septiembre, ha dado a conocer a los representantes de los gobiernos de ABE las condiciones que plantea el Perú para retirarse de la provincia de El Oro. Este memorándum dará inicio a una ácida controversia entre Lima y los tres gobiernos mencionados.

"He entregado a los embajadores de Argentina, Brasil y Estados Unidos un memorándum que contiene el punto de vista peruano respecto a la retirada de nuestras fuerzas de la provincia de El Oro".

Entre las condiciones que el Perú plantea, resaltamos las siguientes:

1.- Que Ecuador reconozca la soberanía peruana sobre territorios que el Perú controla en el oriente,

2.- Que Ecuador acepte emprender negociaciones directas sobre la soberanía de territorios ubicados entre dichas posiciones y la línea que se extiende a lo largo de los picos andinos y que el Perú había reclamado en el arbitraje español, y

3.- Que de aceptar Ecuador, este acuerdo, si "... éste no se perfecciona en un tratado en el plazo de seis meses, el Perú procederá como juzgue conveniente".

15 de septiembre

De Lima a Washington

Con relación al memorándum anterior en que el Perú fija sus condiciones, Norweb escribirá lo siguiente al Secretario de Estado: "No teníamos intención de presentar estas propuestas a nuestros gobiernos en su forma actual, pero dado que el ministro de Relaciones Exteriores ya las había enviado a las tres capitales, nos sentimos imposibilitados de seguir discutiéndolas. Estas parecen referirse más a un armisticio impuesto que a un arreglo pacífico".

16 de septiembre

De Lima a Washington

Norweb envía al Departamento de Estado un despacho desarrollando sus apreciaciones contenidas en el numeral anterior.

"La única circunstancia atenuante acerca del memorándum peruano es que podría servir como punto de partida para la discusión de algún plan satisfactorio. El señor Raúl Porras, Jefe de la Oficina de Prensa del Ministerio de Relaciones Exteriores, y quizá el funcionario de cancillería más cercano al doctor Solf y Muro, me dijo ayer que la parte más importante del memorándum es el párrafo Nº 1 (ver numeral 152, documental).

En otras palabras, supongo que el Perú no hará en absoluto concesiones respecto a su posición de que las tres provincias de Tumbes, Jaén y Maynas son territorios peruanos y ni siquiera lo someterá a discusión", añadirá ahora el embajador.

18 de septiembre

Washington: documento interno

El embajador del Ecuador y el señor Viteri se entrevistan con el Secretario del Estado. Insisten en que los gobiernos de ABE actúen con toda la rapidez posible. Evidentemente los representantes ecuatorianos no conocen aún el texto de la respuesta peruana.

18 de septiembre

Washington: documento interno

Al concluir la entrevista referida en el numeral anterior, el doctor Viteri deja un memorándum escrito a mano en el que sugiere medidas dirigidas a evitar cualquier trato directo con el Perú, ampliando la participación de los gobiernos de ABE.

La reacción de Argentina, Brasil y Estados Unidos.

El memorándum del 4 de octubre contra Lima

4 de octubre

de ABE a Lima

A pesar de los cambios efectuados, la versión final de respuesta al memorándum peruano del 13 de septiembre, plantea términos duros.

Los gobiernos de ABE increpan al Perú no haber cumplido con retirar sus tropas detrás de la línea de status quo. Le plantean que dicha retirada es esencial para el logro de un acuerdo satisfactorio, e instan a las dos partes a enviar plenipotenciarios a Buenos Aires con el objeto de discutir conjuntamente con los representantes de ABE las diferentes fases de la disputa limítrofe. Finalmente, recuerdan a Lima el gran interés que tienen los demás países de América por el tema, solicitándoles la más pronta respuesta a fin de que ellos puedan ser informados.

El Perú acusa el golpe: propone retirar su memo del 13 de septiembre a cambio del retiro del memo del 4 de octubre.

El impacto del memorándum de ABE sobre el Perú fue muy grande. Para disminuir sus efectos, Lima propuso a los representantes de ABE retirar su nota del 13 de septiembre a cambio de que ellos retiren la suya del 4 de octubre.

En general, los representantes de ABE en Lima no se mostraron contrarios a la petición de Lima, en tanto permitiera avanzar en las negociaciones. También en el Departamento de Estado funcionarios como Bonsal mostraron una actitud flexible hacia la propuesta de Torre Tagle ("... si como contrapartida el Perú aceptara un sustancial paso hacia adelante") expresada en borradores de notas, preparadas por el mismo Bonsal, para ser enviadas a sus embajadores en Brasil y Argentina, que en lo fundamental aceptaban la propuesta.

Welles, como es de suponer, cuando leyó los textos de Bonsal no estuvo de acuerdo con su posición, preparando en su lugar un terminante memorándum que descartaba de plano la petición de Lima.

Retirar los memorándum

9 de octubre

De Washington a Buenos Aires

Dada la "penosa impresión" que le ha suscitado el memorándum del 4 de octubre, el Perú sugiere a los gobiernos de ABE que dicho memorándum y su memorándum del 13 de septiembre sean retirados.

Bonsal apoya la propuesta

9 de octubre

Washington: documento interno

En un documento interno preparado para Welles, Bonsal lamenta que los tres representantes de ABE en Lima apoyen la propuesta peruana. Pero a renglón seguido añade: "Sin embargo, no veo por qué no deba adoptarse la propuesta del doctor Solf y Muro (para el retiro de los dos memorándum) si a cambio podemos obtener algo que signifique un sustancial paso hacia adelante en la solución de este problema".

Y Argentina también

14 de octubre de 1941

De Buenos Aires a Washington

También desde Buenos Aires llegan a Washington mensajes planteando la posibilidad de aceptar la propuesta peruana.

"Para no exponer nuestra gestión a un fracaso..." -escribe Ruiz Guiñazú- "... sugerimos proponer en alguna otra forma el retiro de las tropas, prescindiendo de la línea de 1936, sin que ello signifique que países oferentes reconocen al Perú derechos adquiridos con posterioridad a su compromiso, de lo que se podría dejar expresa constancia".

Luego continúa diciendo: "Embajador Quintana (embajador de Argentina en Lima) comunica que después de enterarse de nuestro memorándum (de 4 de octubre) el Ministro de Relaciones Exteriores del Perú propuso retirar el de 15 de septiembre si los gobiernos oferentes daban por no presentado el suyo. Después de notificado formalmente nuestro memorándum no tengo motivos fundados para asegurar por nuestra parte inconveniente en el procedimiento sugerido siempre que ello no interrumpa las gestiones para obtener del Perú un procedimiento efectivo de solución".

Welles dice no

16 de octubre

De Washington a Buenos Aires

"El Departamento considera que la nota del 4 de octubre no debe ser retirada", escribe terminantemente Welles a su embajador en Buenos Aires, contra la opinión de Norweb, Bonsal y el mismo ministro de Relaciones Exteriores de Argentina. El Subsecretario de Estado señalará tajante, el Departamento "simplemente, no puede estar de acuerdo" con la sugerencia de Ruiz Guiñazú y considera que el Perú debe mantenerse dentro de la posición "... que él mismo ha tomado con respecto a la línea de status quo".

Finalmente, los gobiernos de Argentina y Brasil seguirán el curso de acción planteado por Washington, por lo que su nota no es retirada. El Perú, por su parte, ignora dicha comunicación y no le da respuesta. Ni tampoco retira sus tropas de suelo ecuatoriano.

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