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| Retratados junto al Sparrow número 53, que batió el récord sudamericano de altura para 1936, posan en el orden acostumbrado: Mr. Gerald Mulligan, F. Andrew Roosevelt (en la cabina), Walter Blaschke (operador cinematográfico) y Mr. James H. Gray, piloto del Sparrow número 53. Diciembre de 1936 |
Una misión suicida y temeraria de nuestros aviadores al abordar un avión sin ningún tipo de armamento y escoltar vía aérea al Cañonero "Calderón", para alertarlo de la incursión naval enemiga. A más de garantizar el resguardo y su llegada a Puerto Bolivar, su misión era de observación y garantizar que el "Calderón" arribe a puerto seguro e informar a sus superiores los pormenores de la situación en el frente de batalla.
La Batalla de Jambelí y sus antecedentes
Por: Mariano Sánchez Bravo
En 1941 la nación enfrentaba una guerra no declarada con Perú, y en esas instancias el alférez de fragata Jorge Leoro Dueñas se desempeñaba como profesor e instructor de la Escuela de Grumetes. Había mucha preocupación y movimiento de tropas, en lo que colaboraban los buques de la Armada y otras embarcaciones.
El 24 de julio el aférez Leoro fue llamado a una reunión urgente en la Zona Militar de Guayaquil para las 16:00 horas, en donde se presentó ante el coronel N. Burbano, comandante de zona. También asistieron el jefe de Estado Mayor de la II Zona, el capitán de fragata Francisco Fernández Madrid, comandante de Marina de Guayaquil, y el capitán de infantería Gonzalo García, quien era también piloto de aviación.
En la reunión, el comandante de la Zona Militar les indicó que de acuerdo a informes de inteligencia, los buques de la Escuadra peruana no estaban en el puerto de Callao, donde tenían su fondeadero habitual, ni en los otros puertos del norte del Perú, de lo que se deducía o se presumía que estaban efectuando un bloqueo naval al puerto de Guayaquil.
Se dijo además en dicha reunión, que en la noche zarparía el cañonero Calderón, escoltando al motovelero Olmedo y a las motonaves Pinta y Deys Edith, que transportaban 859 guardias nacionales, pertrechos bélicos y víveres, como refuerzos y abastecimiento a la frontera sur. Los guardias nacionales eran jóvenes estudiantes del sexto curso de secundaria, que recibían dos horas de instrucción militar todos los domingos del año escolar.
Ante ello dicho jefe dispuso que el capitán Gonzalo García, como piloto, y el alférez Jorge Leoro, como observador, efectuaran un vuelo en un avión Curtiss Sparrow, con dirección a Puerto Bolivar, el 25 de julio, desde las 07:00 horas, para constatar el arribo a dicho puerto del cañonero Calderón y las tres embarcaciones mencionadas. Conseguido ese objetivo, el vuelo de reconocimiento debería continuar hasta la isla Santa Clara, a fin de tener un horizonte más amplio y mejor visibilidad para comprobar o no la presencia de buques adversarios en las zonas aledañas a la mencionada isla, luego de la cual el piloto procedería a regresar a Guayaquil.
Es de indicar que en septiembre de 1936 habían llegado seis aviones Curtiss Wright CW-19R, conocidos en nuestro país como Curtis Sparrow, para entrenamiento avanzado. En 1941 solo estaban operativos tres de esos aviones militares, los que cumplieron durante aquel conflicto misiones de reconocimiento, observación y transporte de autoridades y de heridos, entre Guayaquil, Cuenca, Santa Rosa, el golfo de Guayaquil y el archipiélago de Jambelí.
Estos tres aviones biplaza de entrenamiento Curtiss Wright CW-19R Sparrow, se distinguían con los numeros 50, 51 y 53.
Alla por el año 2007, tuve la oportunidad de entrevistar al capitán de corbeta (sp) Jorge Leoro Dueñas, quien a sus 93 años recordaba el episodio del vuelo de exploración aeromarítima, previo al combate naval de Jambelí, y en aquel tiempo nos relató lo que sigue:
"Es necesario aclarar que nuestro Fuerza Aérea en el 41 tenía unicamente tres aviones de entrenamiento marca Sparrow, de poca velocidad y con un elevado número de horas de vuelo. La cabina para el cadete aprendiz disponía de los mismos instrumentos y controles de vuelo que la del piloto instructor. El avión decoló de la Base Aérea de Guayaquil el 25 de julio a las 07h00. El piloto vuelva siguiendo la orilla izquierda del río Guayas con rumbo al sur (180°) y a una altura de 500 a 600 pies, porque en los meses de verano en toda la zona del golfo de Guayaquil existe una permanente y densa neblina en las primeras horas del día".
"Estando a la altura del pequeño puerto de Puná (al norte de la isla) y a una distancia aproximada de 1500 metros a la derecha (a la cuadra de estribor diríamos los marinos), divisé un bulto negro que parecía volar en nuestra dirección a una altura más baja; con la ayuda de unos prismáticos pude darme cuenta que ese bulto negro era un buque mercante, anclado en la rada de Puná, en operaciones de desembarque y embarque de pasajeros y mercaderías, porque los buques de calado mayor ya no entraban a Guayaquil, la profundidad del río Guayas no lo permitía".
"En pocos minutos más el piloto seguramente vio aquel bulto negro, y gritó "avión carajo" y simultaneamente hizo un violento viraje, tomó altura y el avión se metió en las nubes, pero con rumbo al norte, o sea que regresabamos a Guayaquil. Yo grité yle dije al piloto que no era un avión, pero seguíamos volando al norte. Insistí en decir que no era un avión; momentos depués el piloto vira lentamente a la derecha y ya estábamos nuevamente rumbo al sur, vuelve a la altura de 600 pies y el vuelo se desarrolla normalmente hacia el sur. Las zonas bananeras de Balao, Tenguel y otras poblaciones quedaron atrás".
"Algunos minutos más tarde el piloto vuelve a gritar; ¡Carajo! Nos jodimos, estamos en Perú". Yo muy conocedor de esa zona, con otro grito y movimiento de manos le contesté: "Carajo, no, siga adelante"; así lo hizo el piloto y en poco tiempo más se avistó Machala y Puerto Bolívar. El cañonero Calderón y su convoy estaban ya en la boca del estero de Jambelí, a una milla de distancia del muelle de Puerto Bolívar. El piloto voló más bajo, pasó sobre el Calderón, le hizo el 'saludo de ala' de rigor y regresó a Guayaquil, sin efectuar el vuelo a la isla Santa Clara".
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| Tripulación del Cañonero Calderón que participó de la escaramuza naval de Jambelí |
"Al desembarcar del avión en la Base Aérea de Guayaquil, acudí inmediatamente a la Zona Militar y reporté verbalmente al comandante de Marina Francisco Fernández Madrid, todo lo ocurrido en el vuelo y en la Base Aérea de Guayaquil. Eran las 09h30 horas del 25 de julio de 1941".
"Lo que pasó en el Calderón: en Puerto Bolivar, cuando ya habian terminado el desembarco, se da alarma de incursión aérea, y para poder tener campo de maniobra levan ancla y zarpan hacia el golfo a las 10:25 horas. Estando ya a una milla de la boca del estero de Jambelí, el Calderón avista al destructor peruano Almirante Villar, a una distancia aproximada de 3.500 metros.
Inmediatamente los dos buques toman posición de combate y durante 16 minutos hubo un nutrido fuego; los cañones y ametralladoras Breda, apostadas en la cubierta del Calderón, hicieron serios daños en la superestructura del Villar. El Calderón volvió al puerto con su tripulación ilesa y sin ningún daño material".
Los tres aviones ecuatorianos no estaban armados para efectuar misiones de bombardeo o de caza y se limitaban a efectuar vuelos de exploración, reconocimientos y traslados; en tanto que el agrupamiento aéreo Norte del Perú, estaba conformado por un escuadrón de bombardeo y otro de caza, a más de una escuadrilla de transporte, totalizando 26 aviones de combate, por tanto los vuelos de exploración de nuestros aviones Curtiss Sparrow se los efecttuaba afrontando peligrosas circunstancias, como lo fue el caso narrado en que hacía de observador el alférez de fragata Jorge Leoro Dueñas; la posibilidad de encontrarse con cazas adversarios hacía temeraria la misión.
El capitán de corbeta (sp) Jorge Roberto Dueñas había nacido en Ibarra el 20 de febrero de 1914. En 1934, ingresó al Colegio Militar, en donde cursó hasta el segundo año, manteniendo la primera antigüedad. El 14 de enero de 1936 pasó a la Escuela Naval, en donde debido a su buena aplicación fue designado brigadier mayor, siendo el primero en tener esa condición en la Armada. Se graduó como alférez de fragata el 9 de agosto de 1938, ostentando la primera antigüedad de la promoción.
En 1939 realizó cursos de Geodesia, Topografía e Hidrografía, y por su excelente empeño fue designado para conformar la dotación del buque oceanográfico norteamericano Summer, con el que participó en los levantamientos hidrográficos del río Guayas, en la costa ecuatoriana y en las islas Galápagos.
En la Fuerza Naval, entre otros cargos, se desempeñó como comandante del aviso Atahualpa, formó parte de la dotación del cañonero Calderón y ocupó interinamente la Comandancia General de Marina, dos ocasiones, en los años 1946 y 1948.
Retirado de la fuerza se desempeñó como gerente general de Autoridad Portuaria de Guayaquil desde el año 1964 a 1967. Formó parte de la Flota Mercante Grancolombiana por 25 años y fue su gerente y subgerente de Operaciones hasta su jubilación. Falleció en Guayaquil el 29 de marzo del 2010, a los 96 años de edad.
Ante la pregunta de ¿Qué habría pasado si el avión ecuatoriano hubiera volado a la isla Santa Clara, y el alférez Jorge Leoro identificaba al destructor peruano Almirante Villar? Dicho oficial nos contestó:
"¿Se hubiera llevado a cabo el combate Calderón versus Villar? Mi respuesta es no, porque ninguna autoridad militar hubiera ordenado que el Calderón (adaptado a buque de guerra) se enfrente a un destructor muy modenor en esa época, dotado de 10 cañones de 120 milímetros, artillería y tubos lanza torpedos. La historia del Ecuador hubiera cambiado. Se hubiera cumplido el bloqueo al puerto de Guayaquil y sus consecuencias. Esto y algo más no nos ha dicho la historia, porque no sucedió".
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| Oficiales de Marina tripulantes del Cañonero Calderón que participaron de la escaramuza naval de Jambelí |
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| El monoplano enteramente metálico Curtiss - Wright CW-19R Sparrow, para entrenamiento avanzado y uso múltiple. Base Aérea Mariscal Sucre, Quito, 1936 |
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