Referencia: Postal de la ciudad de Guayaquil en 1950 |
Como se vio en los artículos anteriores publicados por Revisionismo Histórico del Ecuador, luego de seis meses de negociaciones, en julio de 1942 los dos países firmaron finalmente en Río de Janeiro el acuerdo limítrofe.
El Informe McBride II Parte
Para apoyar el proceso de demarcación que debería ponerse en marcha, Estados Unidos envió al experto George McBride para asesorar a la Comisión demarcadora de límites. El texto que sigue, tomado del libro MITO Y REALIDAD DE UNA FRONTERA. EL INFORME McBRIDE de Ernesto Yepes, da cuenta de la realidad que éste encuentra al llegar a Quito y Lima, respectivamente.
Cuando en octubre de 1942 el gobierno de los Estados Unidos envía su asesor técnico para apoyar los trabajos de demarcación de la frontera que se iban a poner en marcha, McBride encuentra dos países en los que las similitudes son abrumadoramente mayores que las diferencias.
Sin embargo, como es natural en estos casos, a pesar de una gran proximidad cultural, lingüística, social, étnica, ecológica, histórica, etcétera, ambos pueblos viven etapas marcadamente diferentes de su vida republicana.
Así, si bien en ambos el patrón primario exportador había devenido en el eje organizador de sus economías, el impacto de aquél en cada país difería notablemente. En primer lugar, son distintas la magnitud y composición del sector exportador de ambos países. El del Perú no sólo es más grande en términos absolutos y relativos, sino también más diversificado.
Entretanto, en Ecuador un solo producto, el cacao, había cubierto durante las primeras décadas de este siglo las tres cuartas partes de sus exportaciones totales. En el Perú, en cambio, el abanico exportador era más amplio tanto en lo que se refiere a productos agropecuarios (algodón, azúcar, lanas, etcétera) como mineros (cobre, plomo, zinc, etcétera).
Esta dependencia monoproductora del Ecuador tuvo sus costos. Cuando McBride llegó a Quito, el país todavía vivía la transición entre el ciclo del cacao (1890-95/1925-30) y el ciclo del plátano (1945-60/1960-65). Las dos décadas que siguieron al derrumbe de la economía cacaotera habían sido de crisis. Una crisis económica que se desarrolló aparejada con una dramática crisis política. Durante esos años, veintitrés presidentes se hicieron cargo de los destinos del Ecuador.
De suerte, entonces, que durante los años que McBride permaneció en la región, Ecuador vivió los últimos años de una etapa muy dura y el comienzo de una nueva. Este nuevo ciclo, basado en el banano, aunque más corto que el cacaotero, tendrá una base más diversificada. Así, en tanto las ventas bananeras oscilaban entre el 50 y el 60% de las exportaciones totales, habrá productos como el café y el cacao que, juntos, cubren hasta un 40% de las ventas del Ecuador en el exterior.
En setiembre de 1949, el mes en que McBride cesó como Asesor Técnico, asumió la presidencia de Ecuador Galo Plaza. Bajo su gestión la explotación bananera se desarrollará con brío, situándose en una privilegiada posición en el mercado mundial.
El nuevo mandatario designó como Ministro de Relaciones Exteriores a Neptalí Ponce. No bien tomó posesión del cargo -a las tres semanas, para ser exactos-, Ponce ordenó al Presidente de la Comisión Ecuatoriana de la Comisión Mixta suspender los trabajos en la Cordillera del Cóndor por considerar que "los términos del Protocolo eran inejecutables".
Y aunque al parecer la referencia era todavía específica a una parte de la frontera, pues los hitos continuaron colocándose hasta el 20 de noviembre de 1950, las relaciones entre ambos países iniciaban definitivamente un nuevo rumbo.
Ecuador y Perú iniciaban nuevo ciclo de sus historias
Cuando McBride casi terminaba su misión vino el golpe de Odría
El Perú que encuentra McBride es un país un tanto diferente de su vecino septentrional, sobre todo en el sector urbano-exportador. La estructura más diversificada de sus ventas externas había influido para hacer en él menos dramáticos los cambios del sistema internacional.
El crac del 29, sin embargo, había tenido un efecto devastador sobre su economía exportadora. La de 1930 fue entonces una década decisiva, por cuanto el Perú tuvo que mirar hacia adentro para movilizar recursos en circunstancias en que -como en el resto de América Latina- las empresas extranjeras no sólo no invertían en el país sino que incluso retiraban capitales.
Y aquí la diferente estructura de poder en ambos países durante su etapa republicana jugará un papel explicativo importante. Quito, la capital, está en la sierra, que como la del Perú, es bastión de la población indígena y del latifundio tradicional. Lima está en la costa, con apenas huellas de una diezmada población indígena.
La clase política ecuatoriana nació andina; la peruana, costeña. En Ecuador la élite política y la élite económica habían formado durante mucho tiempo dos grupos, identificables incluso espacialmente. Quito era la sede del poder político; Guayaquil, del económico. Posteriormente ambos ejes se reestructuraron preservando cada uno fuerza política y manteniendo el desarrollo bipolar del país.
Lima, en cambio, ha acentuado cada vez más, a lo largo de la República, un monopolio sin rivales del poder económico y político.
Cuando se produce el crac del 29, el eje mercantil del Perú se tambalea y el país vive durante cuatro años (1930-33) una violenta y dramática situación política con siete Jefes de Estado turnándose en la Casa de Pizarro. Entre 1933 y 1939, bajo el mando férreo del presidente Benavides, el país cruza las agitadas aguas de la crisis exportadora y de la falta de capitales.
Al estallar la II Guerra Mundial, el modelo exportador estaba ya en camino de restañar sus heridas. Cuando llega McBride a Lima, una fracción "moderna" o nueva -en el sentido de no ser la tradicional agroextractiva, sino más bien urbano-financiera- ha llegado al poder con Manuel Prado. Durante su mandato se produce el conflicto armado de 1941 y se firma el Tratado de Río.
De 1945 a 1948, a McBride le toca vivir una de las coyunturas políticas más fluidas del Perú contemporáneo. José Luis Bustamante y Rivera era Presidente. El 30 de setiembre de 1948 concluye el nombramiento de McBride como funcionario del Departamento de Estado para el problema limítrofe.
Se consideraba el asunto ya prácticamente concluido. A las pocas semanas, el 27 de octubre de 1948, el general Odría da un golpe de Estado y derroca al Presidente Constitucional. Los vencedores de la Campaña de 1941 ingresaban a la Casa de Pizarro.
Y así, mientras McBride -que había decidido no regresar de inmediato a Estados Unidos a fin de preparar este informe- redactaba el testimonio de sus largos años de permanencia en estos dos países, Ecuador y el Perú iniciaban un nuevo ciclo, de sus historias republicanas.
Entre tanto, la esperanza del asesor estadounidense de que este documento sirviera de referencia no sólo a su gobierno sino a los de los países -y pueblos- involucrados demoraría en concretarse aún muchos años. Cerca de cuarenta y siete para ser más exactos.
Presidentes de Ecuador y Perú en etapa demarcatoria
Durante los años que McBride permaneció en Quito como funcionario del Departamento de Estado, se sucedieron los siguientes Presidentes:
ECUADOR
1. Carlos Arroyo del Río, Presidente Constitucional 1940-44.
2. José María Velasco Ibarra, Jefe Supremo
3. José María Velasco Ibarra, Presidente Constitucional 1944-46.
4. José María Velasco Ibarra, Dictador 1946-47.
5. Coronel Carlos Mancheno, Jefe Supremo 1947.
6. Mariano Suárez Veintimilla, Presidente del Congreso 1947.
7. Carlos Julio Arosemena, Presidente Constitucional 1947-48.
8. Galo Plaza Lasso, Presidente Constitucional 1948-52.
PERÚ
En Lima, de otro lado, ingresaron a la Casa de Pizarro los siguientes:
1. Manuel Prado, Presidente Constitucional 1939-45.
2. José Luis Bustamante y Rivero, Presidente Constitucional 1945-48.
3. Manuel Odría, Presidente de la Junta Militar 1948-50.
4. Manuel Odría, Presidente Constitucional 1950-56.