martes, 22 de enero de 2019

Rumbo al Protocolo de Río de Janeiro de 1942: Porotillo, Platanillo y... ¿Talara?

El ferrocarril llegando a la localidad de Piedras, "la última estación" del tren, Piedras había sido ocupado por los peruanos a finales de agosto y seguían reconociendo los reductos de El Oro pese al cese al fuego. Foto de mediados de 1930

Tras el cese al fuego del 31 de julio de 1941, la campaña militar había terminado, la diplomacia sirvió para calmar la sed de guerra del Agrupamiento del Norte, la ocupación estaba a merced de las fuerzas invasoras y estas empezaron a ejercer su ley sobre la provincia de El Oro.

La segunda batalla diplomática...

A partir del primero de agosto, el ejercito peruano y sus autoridades empezaron a tomarse los reductos de la provincia, mientras se adentraban en los pueblos y su capital Machala, fueron conociendo la selva nublosa y los nuevos retos que les esperaba.

En la capital peruana, todo era festejo e ilusión, se había logrado detener "al invasor ecuatoriano" y de paso se había conquistado Puerto Bolivar en una misión inédita, que para suerte de ellos, había sido filmada y se esperaba tener estas imágenes lo más pronto posible en los cines locales.

Los festejos y la "sensación de paz" habría de durar un mes con once días, durante ese lapso de tiempo la diplomacia peruana fue cauta y nunca realizó demanda alguna mientras disfrutaban de la victoria y de la "prenda territorial".

Ante la impotencia de la derrota de todo un país y de un sistema carcomido por la corrupción, la desidia y la falta de patriotismo, un puñado de militares y civiles que se mantenían replegados y algunos eran "jefes de seguridad", valientes observadores de primera línea que operaban como una guerrilla en los limites de su zona militar encargada, y estuvieron siempre a la expectativa de las circustancias.

Estos "centinelas ecuatorianos" se mantenían alerta pese a la ocupación, pero no podían romper el fuego, debido al compromiso internacional de "cese de las hostilidades" aceptado por ambas partes, Ecuador y Perú, junto con los países interventores del litigio limítrofe.

El cese al fuego en cambio, fue interpretado por las fuerzas invasoras como un "pase libre", para explorar y redireccionar su ataque al Azuay, por si la diplomacia no encontraba una solución rápida al problema.

Hubiese sido una labor difícil, hasta casi imposible desalojar al Ejército peruano de los territorios ocupados en base a la fuerza, por eso la diplomacia internacional intentó hacer retroceder a las fuerzas adversarias, pero todo intento era ignorado y desconocido por la Cancillería peruana.

Pareciera que los países interventores con esta medida planeaban evitar los excesos que cometen los ejercitos invasores mientras dura una ocupación militar.


Una vista de la parroquia de Piedras del cantón Piñas en la provincia de El Oro en septiembre de 1941, notese el paisaje selvático frondoso y nubloso con medianas elevaciones, el Ejército ecuatoriano poseía una leve ventaja al conocer las rutas de abastecimiento a los caseríos aledaños, las fuerzas peruanas desconocían el terreno y no poseían respaldo de artillería o carros blindados, Panupali fue uno de los pocos encuentros de asalto y defensa entre peruanos y ecuatorianos  


Porotillo


El 11 de septiembre de 1941 es recordado en el Ecuador como el día en el que un país desunido y derrotado podía levantarse de las cenizas y demostrarle al mundo "que todavía no habíamos sido vencidos", aquel día se le demostró al invasor, que pese al repliegue, nuestras fuerzas seguían operativas y alertas, y que de llegar el caso de que se reanudaran los fuegos, sería una la lucha de desgaste por cada palmo de tierra sobre selvas, pueblos y puentes a lo largo del callejón interandino.

En la emboscada de Porotillo se detiene y destruye por primera vez al invasor, un grupo de reconocimiento peruano, que se encontraba acantonado en Pasaje, recibió la orden de explorar la vía Pasaje-Cuenca, el pelotón tenía que reconocer el puente de Uzhcurrumi y garantizar la operatividad de su Ejército sobre territorio ocupado, la misión nunca se cumplió, ya que toda esta fuerza expedicionaria fue abatida en Girón por un puñado de valientes soldados ecuatorianos.

La acción de Porotillo le dio una ventaja clara a la diplomacia ecuatoriana, ya que se le había acusado de querer diltatar el compromiso del cese al fuego, posteriormente tras la repatriación de los cuerpos de los combatientes peruanos, se comprobó que este pelotón estaba a una jornada de Casacay, a las afueras de Pasaje (posiciones no alcanzadas al 31 de julio de 1941). Los observadores militares de Argentina, Brasil y Estados Unidos comprobaron este hecho.

Como el pelotón abatido estaba lejos de la zona de ocupación efectiva peruana, se demostró con pruebas fehacientes que el Ejército ecuatoriano actuó en clara defensa a una incursión de regiones que se las buscaba convertir en un nuevo campo de batalla.


En represalia a la emboscada de Porotillo, la aviación peruana ametralló las poblaciones civiles de Tenguel, Tendales, Pagua y Balao, la prensa internacional se hizo eco de esta nueva agresión y de la muerte de los tres oficiales y 23 soldados peruanos


La diplomacia peruana por fin reacciona 


El país vencedor de la guerra se sentía insultado, un pelotón había sido abatido mientras ejercía "la ocupación", ¿Cómo es posible que el alevoso Ecuador osara a realizar una acción militar en territorio "legítimamente ocupado" a nuestras fuerzas?, a partir de ese día la diplomacia de ambos países se encontrarían en un "camino sin fin" para saldar las diferencias territoriales, pero "los vencedores pondrían nuevamente las reglas del juego".


El Perú fija sus condiciones

14 de Septiembre

De Lima a Washington

El canciller Solf y Muro informa a su embajador en Washington que el día anterior, 13 de septiembre, ha dado a conocer a los representantes de los gobiernos de Argentina, Brasil y EE.UU. las condiciones que plantea el Perú para retirarse de la provincia de El Oro. Este memorándum dará inicio a una ácida controversia entre Lima y los tres gobiernos mencionados.

"He entregado a los embajadores de Argentina, Brasil y Estados Unidos un memorándum que contiene el punto de vista peruano respecto a la retirada de nuestras fuerzas de la provincia de El Oro".

Entre las condiciones que el Perú plantea, resaltamos las siguientes:

1.- Que Ecuador reconozca la soberanía peruana sobre territorios que el Perú controla en el oriente,

2.- Que Ecuador acepte emprender negociaciones directas sobre la soberanía de territorios ubicados entre dichas posiciones y la línea que se extiende a lo largo de los picos andinos y que el Perú había reclamado en el arbitraje español, y

3.- Que de aceptar Ecuador, este acuerdo, si "... éste no se perfecciona en un tratado en el plazo de seis meses, el Perú procederá como juzgue conveniente".

Son evidentes las presiones y exigencias desmesuradas que hacía la Cancillería peruana en represalia a la emboscada de Porotillo, por un lado desconocía la mediación de los países de América y por otro, abandonaba todo tipo de cualquier entendimiento a los arreglos previos que habían llegado ambas partes en 1936 con el Acta de Lima.

El 15 de septiembre seguían las represalias del Cuerpo Aeronaútico del Perú a la propiedad civil que nada tenían que ver con la guerra, la gota que derramó el vaso fue el ataque a una hacienda bananera de la United Fruit Company, tanto así que tuvo que solicitar protección especial a los Estados Unidos, con esto la credibilidad del Ejercito y la Cancillería peruana iba en franco en descenso.

Las misiones de represalia del Cuerpo Aeronaútico del Perú eran misiones de salir a disparar a todo lo que se moviera, las caravanas de civiles fueron el blanco preferido de estos aviadores en 1941, entre uno de los tantos excesos de esta aviación de salir a dispararle a lo que sea, una hacienda bananera en Tenguel de la United Fruit Company fue ametrallada y tuvo que demandar protección especial del Gobierno de los Estados Unidos de Norteamerica, ya que sufrió dos ataques a las haciendas que dejó tres ecuatorianos muertos y muchos heridos. Tomado del New York Times 16/09/1941


Platanillo

Así como vimos que durante el día 23 de julio en adelante, la Cancillería peruana "proponía soluciones" para el cese de hostilidades, pero a la vez su Ejército realizaba todo tipo de maniobras sobre El Oro, sabiendo que "las pretensiones del Perú eran sin límites", y ante posibles retaliaciones y más exigencias sobre territorio invadido, el Ejército ecuatoriano se bañaría nuevamente de gloria el 18 de septiembre de 1941, cuando nuestros centinelas asaltaron el puesto de Panupali, y desalojaron a nuevos instrusos que seguían de "safari" sobre los pueblos que no pudieron conquistar con las armas.

El asalto a Panupali suponía otra "alevosía ecuatoriana", y llovieron críticas por parte de la prensa peruana debido a estos ataques sobre "territorios legitimamente ocupados".

Las acciones de armas habían servido para acelerar en algo las conversaciones diplomáticas y a la vez agregarle "algo de presión" a las autotoridades peruanas, ya que planeaban una muy larga ocupación y no tenían ningún apuro de devolver los territorios.

A estas alturas existían dos frentes de batalla, uno en las zonas ocupadas y el otro en la mesa de negociaciones a través de los memos y notas de las cancillerías participantes.

El 18 de septiembre se llevó a cabo el asalto a Panupali, una vez más se resalta en la prensa internacional el uso de la aviación peruana para intimidar a las poblaciones y haciendas de El Oro y el Guayas

La prensa peruana de la época no destaca las misiones aéreas del Cuerpo Aeronaútico del Perú y peor todavía los avances que hacía su Ejército sobre territorios que no estaban en disputa, las acciones de armas ecuatorianas fueron legítimas en contra del invasor


Talara


El "Agrupamiento del Norte" había sido creado para combatir sobre territorio llano, ya que sus tanques significaban una clara ventaja sobre los combatientes ecuatorianos, su misión en primera instancia fue cumplida y la tan preciada "la prenda territorial" fue obtenida. Se sabe que esta misma fuerza militar tenía entre sus planes redireccionar sus ataques a Santa Elena (desembarco), Guayaquil (asedio) o Cuenca (Invasión estilo El Oro), esas medidas se ven frustradas con el cese al fuego del 31 de julio, y nuevamente el 2 de octubre de 1941 con la firma del Acta de Talara, documento que creaba una zona desmilitarizada para evitar nuevas acciones de armas, mientras seguía "el combate" en la mesa de negociaciones.

Al discutir un posible arreglo de la disputa limítrofe, el general Ureta (Comandante del "Agrupamiento del Norte") puntualizó al coronel y observador estadounidense Ent lo siguiente:

1) Ecuador debe dar el primer paso.

2) El requisito básico es que el acuerdo involucre únicamente las fronteras. No habrá dificultad en el sector occidental desde el río Zarumilla hasta el Chinchipe, pero sin duda habrá discusiones sobre el oriente.

3) La solución más rápida sería resolver la región occidental hasta el río Chinchipe y mantener el actual status quo hasta después de la guerra. Sería preferible establecer toda la frontera ahora, pero tomará largo tiempo si el asunto es manejado por diplomáticos. Ecuador no arbitrará; (...) un país que ha perdido una provincia a través de la acción militar no puede esperar ganar una victoria diplomática. La región del río Pastaza (Andoas) y la región comprendida entre Rocafuerte y la frontera colombiana serán las más difíciles de establecer en el oriente.

4) Las negociaciones deben llevarse a cabo directamente entre el Perú y Ecuador, de preferencia con los países mediadores actuando únicamente como canales de comunicación. 

Como resultado de esta conversación con el general Ureta, el coronel Ent cree que el general continuará cooperando con los países mediadores y que no se opondrá a ningún plan basado en la adopción de la línea de status quo de 1936 como frontera definitiva. (...)



Protagonistas del Acuerdo de Talara, de izquierda a derecha: Coronel J. P. Patte Estados Unidos, Trcn. Cristóbal Toledo Saenz delegado del Ecuador, Tcrn. Miguel Monteza Tafur delegado del Perú. 2 de Octubre de 1942


El ataque a Pearl Harbor y el inicio de la guerra en el Pacífico


La participación directa de los Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial daba su inicio tras el ataque japonés a la base de Pearl Harbor el siete de diciembre de 1941, esto hizo que las negociaciones tomen un giro distinto, esta vez ya no se buscaba soluciones justas, sino rápidas y beneficiosas para la potencia que buscaba embarcarse a la guerra "con el beneplacito y ayuda" de los países americanos.

Las negociaciones por un Tratado rápido y que "contente" a ambas partes daban su inicio a contrareloj, la solución al conflicto tenía que encontrar una respuesta en la próxima reunión Panamericana de Cancilleres a llevarse a cabo en Río de Janeiro, la capital de Brasil de ese entonces.


Continuará...

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